Pastillas para dormir [Sleeping Pills]
Línea 6
La Línea 6 es el color gris que se muerde la cola, el circular de Madrid sin principio ni fin. Diez vidas he vivido en diez paradas de esta línea eterna tan mía. «Próxima estación: O’Donnell. Correspondencia con líneas 2014, 2012 y 2007»
White Flag
¿No tienes la impresión de que a veces eres la extensión de los problemas ajenos? Yo sí. Hay algunos silencios que lanzan más dudas sobre mi de las que ya tenía. Sobre todo esos silencios que proceden de las personas que más me quieren. No sé por qué, pero pocas veces en mi vida me he sentido como si perteneciera al momento en que estaba. Que yo recuerde, sentirme una extraña era lo habitual en mí. No parecía encajar con los demás, no me sentía como en casa. ¿Tan diferente era yo?
360
Verano es pasar la tarde en Viena con Ethan Hawke y Julie Delpy, mientras el viento estival revuelve el olor a cloro y antimosquito. Verano es mirar por la ventana y enamorarte de la estampa viva que te rodea, con cientos de tonalidades que centellean a su ritmo mientras el sol va cayendo con su propio peso. Me recuerda a París, Notre – Dame, las vistas desde el Montparnasse, las luces del Jardín de las Tullerías.
Ese aroma francés tan dulce y musical, a crepes y acordeón. Cuando regreso a la ciudad de las luces, solo puedo sonreír, porque si hubo algún mal momento, no lo recuerdo. Y la nostalgia de vagabundear por las lápidas de gente tan importante solo es comparable con la emoción de saber que he vivido algo tan mágico, que jamás podré olvidar.
326
¿Te acuerdas de cuando solo éramos tú y yo? El mundo tenía mejores cosas que hacer que estar pendiente de cuál sería nuestra próxima identidad secreta. Echo de menos ser nosotros en una barca en medio de un mar, en medio de una playa de Niza. Ojalá tu conciencia no se hubiera cruzado jamás en nuestro camino. Quizás hoy seguiríamos siendo nosotros. Aunque no fuera real, aunque no tuviéramos futuro. Cuando el presente es perfecto, quién se preocupa por el mañana.
Hundí tu prepotencia en una bañera. Mi mayor logro, tu mayor derrota.
¿Te acuerdas de cuando solo éramos tú y yo? Fresas, champán, una buena manta frente a la chimenea, tu cuerpo, el mío y nada más. Y mientras, el resto del mundo fingía que no existíamos.
¿Qué tal si vuelves a mi vida con una nueva aventura, dos identidades sin estrenar y una caja de bombones?
222
Hoy me ha dado por reflexionar en el gimnasio porque me he reencontrado con alguien a quien no veía desde el 2008. El último recuerdo que tengo de él fue su expresión extraña al coincidir nuevamente conmigo una fría mañana de febrero, frente a la autoescuela. Al parecer, ambos habíamos suspendido el práctico y nos tocaba ir de nuevo al centro de exámenes. Qué extraño el momento en el que me doy cuenta de que él, el amor platónico de mi instituto está, después de ocho años, justo detrás de mí.
Más extraño aún es que no me reconozca, porque me haya teñido el pelo. Pero no me importa. Yo tampoco le reconozco, porque a él se le ha caído el que tenía.
Y a eso se resume el paso del tiempo, la acumulación de sentimientos sin sentido en la preadolescencia, lágrimas que ya no valen nada, comeduras de cabeza que no han servido ni como lección. Y te das cuenta de que tomarte la vida en serio es el mayor error que podrías cometer.
Y la sensación de satisfacción que siento al comprobar que él ha perdido todo el poder, encanto e influencia que tanto me marcó en la ESO, no tiene precio. Suck it, bitch.
Despropósitos
No voy a hacer balance de mi año, porque no me salen las cuentas. Pero lo que sí voy a hacer es dar las gracias a todos los que han pasado por mi vida con despropósitos. No por el 2014, sino por años y años de convivencia. Qué menos. En primer lugar, quiero darle las gracias a Risto, por habérsele ocurrido esta maravillosa idea antes que a mí. Empecemos.
190
De pequeña me gustaban las noches del fin de semana. Me acostaba con los cascos puestos y escuchaba música tranquila de mi walkman o discman hasta que me quedaba dormida. Recuerdo cómo iba bajando el volumen paulatinamente hasta que terminaba por apagarla del todo. No es tan mal método para ahuyentar demonios, después de todo
185
No. I’m not okay. My memory won’t survive this Christmas. As much as I repeat myself how good I am, it’s not enough. I cannot to convince myself anymore. All my smiles are defective products, and no one attempts to stop the production line. However hard I try to prevent the fall, I know deep down this winter will destroy me. My strength will be removed by Christmas lights. Morning cold and dawn mist are going to steal my breath.
Que si estoy bien. No. No estoy bien. Mi memoria no sobrevivirá a la navidad. Por mucho que me repita que estoy bien, no es suficiente Ya no me convenzo. Todas mis sonrisas vienen defectuosas de fábrica. Y nadie ha parado la cadena de montaje. No voy a ser capaz. Por mucho que me esfuerce, sé que el invierno acabará conmigo. Las luces de navidad extirparán mis ganas, el frío de cada mañana, el vaho de los atardeceres de enero se atragantarán en mis pulmones. Y volveré a llorarle a Madrid por el indiscriminado uso de los recuerdos. No sé qué me duele exactamente; no sé si me duele la ausencia, la compañía, los planes que vivimos, los que se quedaron en el debe. Mi haber rebosa de pasado. No sé si le echo de menos o me extraño a mi misma. Lo que sí tengo claro es que no puedo pensar en un abrigo sin querer gritarle al mundo.
170
Cada vez que veo esa foto, mi mente recuerda el día en que se hizo. Era domingo. Por aquel entonces no temía tus respuestas, y mucho menos tus silencios. No dolían. Simplemente, no parecían estar hechos para nosotros. Qué iba a saber yo. Pobre ilusa, lo único que estropeó nuestro desayuno fue el frío de una mañana de invierno. Ahora tiemblo en mi propia casa, cada vez que veo esa foto.
153
Eres condena sin salvación
Pecado y error.
Pasión. Lujuria.
Mentira sin razón.
Lección.Cuatro Estaciones
Lo primero que aprendes cuando caes es que el suelo está más duro de lo que parecía a simple vista. Y en lo primero en que piensas es por qué yo, aquí, y justo ahora. Como si hubiera una buena estación para tropezar. Lo segundo que aprendes es que todas esas capas de autoconfianza y determinación de poco sirven cuando pierdes el equilibrio. Te pilla por sorpresa, y se te cae la fuerza a los pies. Y más abajo aún. Pocas cosas recuerdo con mayor nitidez que el cambio de estaciones entre estaciones. Este verano supone el fin del gran círculo que dibujamos nada más conocernos. Porque no hemos dejado de dar vueltas desde entonces.
Beber para recordar
Cuántas veces se confunde el sentimiento con el significado.
Creer formar parte de algo especial.
Ver el brillo que proyectaban sus ojos.Peter Pan
Cuando somos pequeños, no sé qué nos pasa que queremos crecer. Crecer lo más deprisa. «Quiero ser mayor, mamá» «Quiero hacer cosas de mayores, papá». Nos subimos sobre las rodillas de nuestros padres para coger el volante del coche, jugamos a las cocinitas, y a cuidar bebés como si fueran nuestros propios hijos. Nos afeitamos. Vale, ésto solo lo he hecho yo. Me afeité los labios porque quería imitar a mi padre. Y ser mayor. Pero claro. Luego no entendemos por qué el resultado no parece tan satisfactorio como lo habíamos imaginado.
Fugacidad
Fugacidad, o esas estrellas humanas, personas fugaces que vienen, te alegran, te rompen y se van. Había una vez una chica que por falta de corona y bailes, se vestía de melancolía real. A falta de carro tirado por caballos, se escondía bajo la protección del autobús. Y así veía pasar las variables espacio y tiempo, pensando que quizás habría cometido un error.